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24.2.07


Único


¿soy la única que quiere dolor? No te cuesta odiarme, como antes, ahora soy la única, si, única.

¿tienes tanto miedo? Hazlo otra vez, eres incapaz de voltear, de darte cuenta, escuchar tus gritos, sentir tu fragancia, mirarte al espejo, sentirte, eres el único que busca dolor y me cuesta odiarte, eres el único, si, único.

El silencio de tu voz me atormenta, ya no hay nada, unas lagrimas y valor, fue lo que inundaba este cuarto que ahora permanece en silencio, un silencio atormentante, único, como tu voz, fue lo único que buscaba dolor, a ti te costó odiarlo, como antes, ahora es lo único, si, único.

Y se esfumó, te esfumaste y me esfumé, por tener miedo a oír el sonido de mi voz, oler el aroma que poseo, verme tal cual soy, sentirme.

Fuimos quienes buscaron dolor, los únicos que costaron en odiar, fuimos únicos, si, únicos.

¿quién es el único que quiere dolor? ¿a quién le cuesta odiarlo? como pudo haber pasado antes, ahora es el único, si, único...-

11.2.07


Tu cabeza está reposando en mi regazo, tus ojos están cerrados, moviendose debajo de tus párpados, tu cabello cae en mis manos y tan sólo puedo verte, contemplarte, sentir que eres alguien que jamás podré tenere. Tu sonrisa majestuosa, tu piel suave, tus dedos frágiles nunca serán míos, nunca podré compartir ese sentimiento de relajación, esas ganas de vivir que tienes reflejada en tu cara, en tu rostro adormecido, hundido en un cántico mágico, sólo tuyo.


Tus pensamientos, tan ajenos a mi, me convierten en una persona ansiosa. La luna y las estrellas te bañan de luz y te transforman en quien tanto deseé sabiendo que no podría poseer.


Y tu respiración es lenta, la puedo sentir en mis brazos que se estremecen. Tus látidos, tu sangre fluyendo en tus venas, tu boca enrojecida y tu cara, aún, está pálida. Tus dedos se mueven entre los míos, tus uñas desgarran mi piel. Esa sensación de atracción, de quererte y no tenerte, me mata, me hunde en las profundidades de un mar rojo, rojo sangre, me ahoga en la calidéz de tus pulsaciónes, en el deseo del poder, de sentir que tu también me buscas, pero simplemente estas moviendo tus ojos bajo tus párpados, soñando, lejos de aquí; no se te ocurriría pensar todo lo que he esperado, mi ser inguénuo, porque no lo sabes, porque buscas irte haciendome daño, dejandome pensando que ya no te importa mi presencia.


Camila Centeno B.

8.2.07


Despedida

Estás muerta en los espejos, reflejando, a quienes te buscan, lo que fuiste. Tienes lágrimas por toda la cara, lágrimas imborrables que permanecerán en ti hasta los últimos días de los años, cuando tu cuerpo se incinere junto a los del otro mundo, paralelo al tuyo.
Tu vestido, ya sin uso, se desvanece, tu piel se va pudriendo y va tomando un color verde amarillento, tus huesos se dejan ver agujereados, entre más pasa el tiempo se notan marrones, inmóviles. Tus ojos ya no expresan nada, lo que me dijeron en el momento de tu ida ya se esfumó de tus cuencas y tan sólo quedan dos abismos a la muerte.
Tu alma, tu presencia solitaria me persigue, enamorada de mi fragancia, apaciguada entre mis dedos, pero al enredarse a la realidad se hiere y se condena a un sufrimiento eterno, a pagar por su cometido, a morir cuando mata, a soñar cuando hay luna nueva y a contemplar el cambio del mundo a través de los siglos.

Tus lágrimas mojan mis manos adoloridas, enrojecidas por tu pérdida, culpables de tu ida, esperando a que tus ojos se abran y de nuevo me revivan, me devuelvan a la luz que bajo sombras sigo viva.

Camila C.